
Toni Mascaró, al hilo del post anterior me dice:
Un detallito... "to live for the sake of another man" podría traducirse mejor como "vivir para otro hombre" o "vivir para el beneficio de otro hombre", es decir, que el otro hombre sea tu razón de vivir. Rand no critica aquí que uno parasite a otro sino que uno se deje parasitar por otro. "La sanción de la victima", que decía ella. Precisamente, el meollo del sentimentalismo de plástico que siempre intentan colarnos: la aceptación de deudas ajenas y culpas inmerecidas.Me alegra que me comente eso en concreto. Tiene toda la razón.
La expresión "for the sake of" es mucho más ambigua y amplia que nuestro "vivir a costa de". Y es verdad que la idea de Rand (que es precisamente lo que me gusta de ella) se sitúa en la perspectiva de la víctima victimizada... el receptor de vampiros.
Las mujeres de este país, en general, somos muy dadas a dejarnos martirizar en ese sentido y después nos quejamos de situaciones que nosotras mismas dejamos que se nos vayan de las manos. No sabemos decir que no, y nos dejamos vampirizar con gusto porque nos hace sentir mejores personas. Un error brutal que se paga antes o después.
Le he dado la vuelta a la perspectiva y he cambiado el eje de la cámara (en términos de cine) porque una sí es capaz de enseñarle a sus vástagos
"Hija, hijo, hay que esforzarse por los demás, vivir para el otro, dar tu vida por el prójimo".Y en ese sentido es facilísimo justificar que haya una instancia "superior" que canalice la entrega.
Pero ¿quién le enseñaría a sus retoños
"Hija, hijo, lo mejor es que te hagas la tonta (o el tonto) y vivas por la cara, a costa de ese pobre imbécil que trabaja más de lo necesario por simple sentido de culpa mal entendida"?
Es más difícil justificar esta enseñanza que la anterior. Y es ahí donde creo que hay que hacer hincapié. Mire usted al necesitado, pero no como un ser incapaz de pensar, sino como alguien que busca desarrollarse por sí mismo, y en vez de comprar su agradecimiento, haga el favor, desde su puesto de repartidor de dádivas, de crear las condiciones que le permitan llevar su vida con autonomía, no le haga dependiente de su caridad y sus sentimientos para siempre.
Bastiat, por su parte, me pide que amplíe la idea de que los liberales estamos subidos a la nube de las ideas y por eso nos ganan la partida sentimentaloide.
Soy una firme convencida de que el liberalismo es la mejor ideología para tener éxito económico, pero también creo que es la que fomenta una sociedad más justa, más humana y más ética, habida cuenta de cómo es el ser humano. Lo creo de verdad.
Esta es la razón de que me pirren las neurociencias y la psicología evolucionista y también la Escuela Austriaca de Economía, y todas las teorías de la decisión económica que me encuentro.
El tema es que a la hora de exponer las ideas liberales o bien nos centramos en su eficiencia económica, o bien, por honestidad científica, tratamos de separar los argumentos teóricos de temas como los sentimientos. Pero es que yo creo que hay que enfangarse ahí, hay que denunciar que quienes hablan de sentimientos no saben cómo funcionan precisamente los sentimientos, y que sus argumentos son tan simplones como defender que el órgano del corazón rige los afectos. Así de cutre.
Si analizamos cómo ha surgido el sentimiento de altruismo, el sentido que tienen las normas morales en la evolución, nos daremos cuenta de que todos somos altruistas y egoistas dependiendo del entorno en el que nos movamos, y que las reglas del juego deben servir para que no terminemos autodestruyéndonos. Y no para imponer moralinas.
Pero por la razón que sea, cuando hablamos del tema (que no son muchas veces) somos muy ineficientes, poco claros, y yo creo que hay que hablar a otro nivel, para que te entienda todo el mundo, en especial la gente menos formada. La discusión de salón me encanta, se me da bien, y creo que ahí ganamos la batalla... pero hay que ser consecuentes, y tirarse a los ruedos que nos han quitado, empezando por este y continuando por las palabras robadas que hay que recuperar. Como la palabra libertad.